Desde entonces y hasta 1992, el Betis atravesó un período de crisis económica y deportiva, en el que vivió nuevamente como “equipo ascensor” hasta el descenso de 1991, sin duda en uno de los peores momentos para afrontar la preceptiva conversión en Sociedad Anónima Deportiva. ↑ En 1938 se rehusó a participar por la designación de la sede, nueva camiseta argentina que según la alternancia debía recaer en Sudamérica.